Opinión: Sofía Torres.
El 12 de noviembre del año pasado la cineasta francesa Angès Varda recibió un Oscar honorífico por su carrera. En 1971, en una entrevista, al hablar sobre la evolución de su trabajo dijo: “Quiero hacer un cine con forma de cine pero hay una parte del cine que escapa a toda estética, a toda discusión ”. En esta reflexión Varda pone en evidencia cuán diverso y complejo puede ser el cine pues más allá de una construcción visual hay “un alma” que hace de una imagen parte o no de este arte. Entonces ¿qué es el cine? ¿qué o quién lo define y lo delimita? La Real Academia de la Lengua Española da 3 significados a cine: 1) el cine como un lugar 2) el cine como arte, técnica e industria 3) el cine como conjunto de películas. Es decir que puedo ir al cine (lugar) a disfrutar del cine (arte) con una muestra de cine alemán (conjunto de películas alemanas). ¿Y ya? ¿San-se-acabó? ¿El cine es cualquier cosa proyectada en la gran pantalla y lo que no, no lo es? ¿El cine es sólo una industria de entretenimiento? ¿El cine, el “verdadero”, es cosa única de europeos intelectuales? El cine en sus 122 años de existencia ha creado un universo que de alguna forma mantiene una misma esencia, eso que Varda dice que escapa a toda discusión.